Cómo preparar la mejor tabla de quesos
Cualquier momento es ideal para disfrutar de un delicioso queso, asimismo montar una buena tabla de quesos puede solucionarnos un aperitivo con amigos. Todo el mundo tiene su queso favorito y siempre es un placer descubrir variedades nuevas.
Pero, cuando llegas a la tienda, decidir qué comprar puede ser toda una aventura. Debes tener en cuenta tanto la selección de quesos como sus acompañamientos y si va a ser un aperitivo o el protagonista de una cena. Hoy te presento algunas claves para ayudarte a hacer que tu tabla de quesos sea todo un éxito.
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Variedad
Lo ideal es elegir unas 5-8 variedades, con distintas texturas e intensidades para que no sea una tabla aburrida y contar con diversos sabores, sin caer en un exceso.
- Por ejemplo, podemos partir de un queso suave: de tetilla gallego, de cabra, de nata…
- Después, unos quesos más maduros, de pasta blanda fuerte: como el de Casar, un manchego semicurado, Idiazábal, Pont l’evêque, Camembert, Brie…
- Luego, alguno de pasta dura: de Mahón, manchego curado o viejo, Roncal, emmenthal, comté…
- Y para terminar: Queso azul, del estilo al Roquefort, Fourme d’Ambert o de Cabrales.
Presentación
Un corte para cada queso
Cada queso pide un tipo de corte, aquí te enseño los más comunes. Debe procurarse siempre cortar de manera que se obtenga una parte del centro y de la corteza, porque el sabor nunca es uniforme (por lo general, siempre es más intenso en la zona junto a la corteza).
- Los quesos de pasta blanda, en especial los redondos, se cortan como si fueran una tarta, en pequeñas porciones triangulares.
- Aquellos con forma de barra, se parten en lonchas.
- Si el queso tiene forma de bola, hay que cortarlo en cuartos, de los que iremos haciendo lonchas que tendrán forma de media luna. Aunque también se puede trocear en daditos.
- Variedades como el parmesano no permiten hacer lonchas, ya que se desmigan. Es mejor partirlos en lascas o trozos irregulares.
- Quesos mohosos como el de cabrales, que luego se extenderán sobre el pan, podemos cortarlos en tacos.
Pilopitruco: Para que los quesos de pasta blanda no se peguen al cuchillo un buen truco consiste en templar el cuchillo con agua caliente, quitando el exceso de agua con un trapo o aplicar un poco de aceite de oliva con un papel de cocina. Y si los cortas inmediatamente después de sacarlos del frigo mejor.
El orden importa
Los quesos escogidos deberán ordenarse en función de su intensidad, de los más suaves a los más fuertes, culminando con un queso muy aromático. De esta forma el sabor de los más intensos no enmascarará el de los más suaves.
La temperatura ideal
Es importante sacar el queso de la nevera un rato antes de consumirlo, ya que a temperatura ambiente se aprecia mejor su sabor. La temperatura óptima es entre 16 y 18ºC.
Acompañamientos
Un buen acompañamiento para el queso llevará la experiencia a otro nivel e incluso puede completar una cena. Merece la pena invertir un poco de tiempo en escoger los productos que mejor armonicen.
- Los panes: Lo mejor es elegir un pan que no interfiera con el sabor del queso. Una buena idea es combinar un buen pan de centeno con quesos intensos y cremosos, y un pan suave y tierno con un buen camembert. Si podemos añadir algún pan con semillas y otro con frutos secos o pasas, será un éxito seguro. También pueden servirse panes crujientes como picos, regañás o crackers.
- Dulces como mermeladas, compotas y miel: Los quesos maduros van bien con mermeladas artesanales de higo o arándanos por ejemplo.
- Fruta: Un puñado de frutos del bosque como grosellas o arándanos son ideales para acompañar quesos de cabra.
- Frutos secos: son perfectos para los quesos curados y semicurados.
¿Cuál ha sido vuestro descubrimiento quesero favorito? Contádmelo en los comentarios. Aquí os dejo también un montón de recetas con queso para chuparse los dedos.
Nos vemos en la próxima aventura y recordad… ¡No olvidéis jugar con la comida!
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