Cocina de invierno: la alcachofa
Ha llegado el invierno y es el mejor momento para disfrutar de la alcachofa. Tiene unas excelentes cualidades nutricionales y gastronómicas, lo que la hace perfecta para preparar multitud de recetas.
Esta hortaliza se cree que procede de Egipto y que más tarde se distribuyó por todo el Mediterráneo. Actualmente España es el segundo productor mundial, detrás de Italia, y la cultiva, principalmente, en Levante y Navarra, siendo la variedad que más se cultiva la que se produce en Tudela, dentro del valle del Ebro.
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Esta hortaliza aporta muchos minerales y vitaminas (potasio, sodio, calcio y vitamina A), y además posee grandes propiedades:
- Es diurética, ayuda contra la retención de líquidos y a eliminar toxinas.
- Es hipoglucémica, tiene la capacidad de disminuir el nivel de azúcar en sangre.
- Es anticolesterolémica, posee fitoesteroles, que contribuyen a controlar y reducir los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre.
- Es depurativa, ayuda a eliminar toxinas, especialmente ácido úrico.
- Es digestiva, siendo eficiente contra la acidez de estómago y favoreciendo la digestión de las grasas.
- Es hepatoprotectora, ayuda al hígado en la producción de bilis, fundamental en la digestión de las grasas y purificación de las toxinas del cuerpo. Además, posee silimarina que ayuda en la protección de las células del hígado.
Asimismo, es un alimento aconsejable para la pérdida de peso por su bajo aporte calórico y por ser rica en fibra.
¿Cómo escoger una buena alcachofa?
La alcachofa de calidad se caracteriza por ser redonda, compacta, pesada y de color verde claro y brillante. Las hojas deben estar verdes y no tener manchas marrones, aunque las de invierno pueden presentar algunas como consecuencia de las heladas, lo que no nos debe preocupar siempre y cuando la textura sea firme y prieta.
Preparación
Puedes preparar alcachofas de muchas maneras, crudas, hervidas, al vapor, guisadas… Las opciones son ilimitadas, aquí te dejo algunas ideas:
- Al horno, acompañadas de una mayonesa de ajo y jengibre.
- Rebozadas con tempura o con harina y cerveza.
- A la plancha, se cuecen primero un poco, se cortan en finas rodajas y se cocinan a la plancha. ¡Quedan crujientes y deliciosas!
- Confitadas en aceite. Requieren algo más de paciencia pero el resultado se deshace en la boca.
- Salteadas con un poco de ajo y langostinos.
- Rellenas de jamón serrano y huevo.
- En arroz, hechas crema, con un salteado de jamón o unos huevos rotos…
Recuerda, al prepararlas, según las vas pelando, no olvides ir metiéndolas en un recipiente con agua y limón (o perejil) para que no se oxiden. ¿Cuál es tu receta favorita con alcachofas? ¡Cuéntamelo en los comentarios!
Nos vemos en la próxima aventura y recordad… ¡No olvidéis jugar con la comida!
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A mi me encantan, las suelo poner con cerveza y un poco de jamón, me sientan un poco mal porque me dan muchos gases pero es mi verdura favorita