Bizcocho muy esponjoso y fácil

Los que me seguís en redes sociales ya sabéis que últimamente estoy pasando por una etapa más tradicional. Mi cerebro a veces se interesa por recetas que solo saben cocinar 500 personas en el mundo y otras veces… le apetece un “simple” arroz con leche.

Pues bien, esta semana la empecé pensando en enseñaros algo básico que ayude a muchos, muchos pequeñucos. Los candidatos eran un bizcocho súper esponjoso y rico, unas buenas albóndigas caseras o alguna receta oriental básica como un arroz tres delicias o cerdo agridulce. Al final me decidí por este bizcocho porque es una receta base que os sirve para hacer otras muchas, como pasteles o tartas. En principio iba a ser un vídeo SOLO con el bizcocho pero al final me calenté e improvisé una tarta con cosas que tenía por casa para que veáis una posible aplicación de esta receta.

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Ingredientes (para el bizcocho):

• 4 huevos
• 200g de harina
• 200g de azúcar
• 40ml de agua
• 20ml de aceite de oliva
• 6g de levadura química o polvos para hornear
• 1 chorrito de esencia de vainilla
• 1 poco de sal
• La ralladura de un limón
• Mantequilla para engrasar el molde

Separa las claras de las yemas en dos boles. Parte el huevo con cuidado con un golpe seco en la encimera y pasa la yema de un cascarón al otro hasta que toda la clara se escurra. Es importante que no haya nada de yema en las claras o no se podrán montar en un merengue. En el bol que tiene las claras, con una batidora de varillas bate hasta que empiecen a montar y estén medio sólidas. Añade la mitad del azúcar y termina de montar el merengue. Cuando se formen picos al sacar las varillas, estará listo.

En el bol de las yemas, añade el aceite de oliva, agua, esencia de vainilla, ralladura de limón y el resto del azúcar. Bátelo con las varillas y cuando esté bien mezclado, con un tamiz, añade la harina y levadura química aplicando unos toques suaves. Con las varillas apagadas, mezcla un poco la harina y el huevo antes de encenderlas o se llenará de harina toda tu cocina. Bate otra vez hasta que tengas una masa espesa y todos los ingredientes se hayan mezclado perfectamente.

En este momento empieza a mezclar el merengue con la masa. Para que sea fácil, primero se añade un par de cucharadas de merengue a la masa y mezcla bien. Esto hace que la masa sea más ligera y podamos añadir el resto del merengue. Ahora añade un par de cucharadas más y con cuidado “dobla” el merengue dentro de la masa aplicando movimientos envolventes. Esto hace que no se pierda el aire del merengue y nuestro bizcocho sea mucho más esponjoso. Yo uso un molde de bizcocho de 18cm por 5cm de alto que tiene un tamaño perfecto… pero otros tamaños similares también sirven perfectamente. En la base del molde pon un papel de encerado o de hornear y recorta los bordes. Ahora unta con mantequilla todo el molde. Esto ayuda a la masa a subir y después es más fácil de desmoldar. Una vez tengas todo el merengue incorporado y perfectamente mezclado, échalo en el molde de bizcocho y ya solo queda terminar de hornear el bizcocho en un horno precalentado a 180 grados y con calor por arriba y por abajo. El tiempo de horneado dependerá de tu horno y del tamaño del molde, pero normalmente es de unos 40 minutos. Para enfriar el bizcocho, desmolda cuando aún esté caliente que es más fácil. La altura del bizcocho dentro del horno en mi caso ha sido un tercio del total.

Pilopiconsejos:

• Pincha hasta el fondo el bizcocho y si la varilla sale limpia, está hecho.
• Se puede añadir al almíbar anís u otro licor que os guste para dar un toque distinto.

Ya está listo para comer… pero me calenté bastante y decidí improvisar una tarta de kiwi con el bizcocho para que veáis una de las muchas aplicaciones que se le puede dar.

Para el frosting:

• 125g de mantequilla a temperatura de ambiente
• 200g de queso crema tipo Philadelphia
• 200g de azúcar glass o impalpable

Yo usé dos bizcochos para que me quedara una tarta más alta… pero no es necesario. Corta con un cuchillo de sierra la tapa irregular del bizcocho para que esté plano. Vuelve a cortar por la mitad generando dos “rodajas” de bizcocho. Calienta un poco de agua y azúcar para hacer un almíbar simple (50% agua – 50% azúcar). Cuando el azúcar esté totalmente disuelto añade un poco de esencia de vainilla y déjalo enfriar en el frigorífico. Para la cobertura mezcla la mantequilla, el queso crema y el azúcar glass con la batidora de varillas y mantén en el frigorífico hasta que empieces a montar la tarta.

Montar la tarta es MUY sencillo. Primero pon la primera capa del bizcocho en una bandeja, empapa bien con el almíbar y después unta la mermelada de kiwi (o la que más te guste). Pon otra capa encima y repite el proceso. Cubre con la base del bizcocho que te ha quedado. Es importante que termines con la capa que era la base, así se queda perfectamente nivelado. Ahora recubre la tarta con el frosting. Si quieres que quede perfecto, déjala enfriar en el frigorífico media hora y vuelve a cubrir con una segunda capa de frosting. Para terminar decora con un kiwi fresco.

Puedes usar la mermelada que más te guste y la fruta fresca que tengas a mano. Está igualmente buena con fresas, frambuesas, melocotones, chocolate, nata… Lo que más te guste, a fin de cuentas, ¡lo importante es jugar con la comida!